Si tan solo supieras la sensación que embarga mi pecho
cada vez que te advierto tan cerca y tan lejos al tiempo.
Energía efímera que llena el alma
en el segundo vuelvese el instante más importante en la eternidad,
en la que el recuerdo de el tedio al que he de volver
será sólo después de la última oscilacion de la radiación emitida
en la
transición entre los dos niveles hiperfinos
del estado fundamental del isótopo 133
del átomo de cesio a una temperatura de 0 kelvin,
es decir 'el segundo' pero no deseo redundar.
Y gritará mi corazón, bramidos de pálpitos sordos,
ruidos ahogados y tenientes como sólo lo son los de la tierra,
no los escucharás, o, no tanto como yo,
y yo nada más desearé no haberlos oido; yo ya te explico mi motivo...
Y es que por el amor de tus negros ojos es que me llegaste hondo,
y horadado del pecho es que ya intuyo por qué eres tu fuerte por la flecha.
No comprendo aún a este espacioso orbe,
es que en la inmensidad de su pétreo suelo
no debí encontrarte jamás de los jamases,
y c'est pour l'amour que lo digo...
Así es porque desde esa primera ocación
en la que sentida tu esencia en mi alma
convirtiose en frenesí y volviose carmesí,
el de tus labios quiero decir,
vislumbré, y sólo entonces concebí que no soportaría perderte
jamais au grand jamais!
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